Ante la inminente investidura del primer lehendakari socialista, Patxi López, la banda terrorista ETA ha lanzado una amenaza, más que confusa. Dicha ambigüedad viene motivada por el fuerte debate interno que sufren tanto ETA como Batasuna, tras los últimos golpes policiales que han sufrido. El más importante ocurrido en Francia el 18 de abril cuando se detuvo al jefe militar de la banda Jurdan Martitegui.
El debate de ETA se dirime entre una solución no violenta y abandonar definitivamente las armas, que derive en continuar con sus reivindicaciones políticas (derecho de autodeterminación y la unidad territorial de Euskadi, es decir, la reivindicación de Navarra), incorporándose asi al sistema democrático, o seguir atentando para provocar un hipotético “diálogo con el Gobierno”.
Este cambio de actitud viene precedido por un intenso acoso policial, sobre todo, en Francia, donde la colaboración estrecha con la Gendarmería y los múltiples acuerdos de colaboración con el gobierno francés están dando sus frutos desde que la banda rompiera la última tregua en junio de 2007. Asi como la ilegalización efectiva del poder político de ETA, Batasuna, ANV y el Partido Comunista de las Tierras Vascas, quedándose sin representación en las elecciones pasadas autonómicas.
Los partidarios de seguir con la lucha armada son los seguidores del Garikoitz Azpiazu, Txeroki, el anterior jefe militar de ETA, detenido en noviembre de 2008 y sustituido por Martitegui, también detenido. Por otro lado, Josu Ternera, el más decantado desde hace tiempo por un fin dialogado y sus seguidores están ganando fuerza.
Si aquí hay debate, en el seno de la izquierda abertxale hay el triple. Arnaldo Otegui, que ha recuperado la portavocía y el sindicato LAB, abogan por actuar al margen de ETA e imponerla una estrategia de hechos consumados. Sin embargo, les ha salido un fuerte rival: ARALAR.
Dichas elecciones han dejado un panorama esperanzador tras el histórico resultado. Los partidos constitucionalistas son mayoría en el Parlamento Vasco y ha crecido el partido nacionalista independentista Aralar, por lo que se confirma una alternativa a ETA que sí condena la violencia.
El debate de ETA se dirime entre una solución no violenta y abandonar definitivamente las armas, que derive en continuar con sus reivindicaciones políticas (derecho de autodeterminación y la unidad territorial de Euskadi, es decir, la reivindicación de Navarra), incorporándose asi al sistema democrático, o seguir atentando para provocar un hipotético “diálogo con el Gobierno”.
Este cambio de actitud viene precedido por un intenso acoso policial, sobre todo, en Francia, donde la colaboración estrecha con la Gendarmería y los múltiples acuerdos de colaboración con el gobierno francés están dando sus frutos desde que la banda rompiera la última tregua en junio de 2007. Asi como la ilegalización efectiva del poder político de ETA, Batasuna, ANV y el Partido Comunista de las Tierras Vascas, quedándose sin representación en las elecciones pasadas autonómicas.
Los partidarios de seguir con la lucha armada son los seguidores del Garikoitz Azpiazu, Txeroki, el anterior jefe militar de ETA, detenido en noviembre de 2008 y sustituido por Martitegui, también detenido. Por otro lado, Josu Ternera, el más decantado desde hace tiempo por un fin dialogado y sus seguidores están ganando fuerza.
Si aquí hay debate, en el seno de la izquierda abertxale hay el triple. Arnaldo Otegui, que ha recuperado la portavocía y el sindicato LAB, abogan por actuar al margen de ETA e imponerla una estrategia de hechos consumados. Sin embargo, les ha salido un fuerte rival: ARALAR.
Dichas elecciones han dejado un panorama esperanzador tras el histórico resultado. Los partidos constitucionalistas son mayoría en el Parlamento Vasco y ha crecido el partido nacionalista independentista Aralar, por lo que se confirma una alternativa a ETA que sí condena la violencia.
Fuente: Elpais.com
